martes, 10 de noviembre de 2009

MENSAJE A LA NACIÓN

"Señoras y señoritas del pueblo peruano,

A ustedes las piropean y halagan a cada rato.
Les informo que a nosotros los hombres también nos gusta escuchar cumplidos de vez en cuando.

Atte.
Alonso Garrido"

domingo, 8 de noviembre de 2009

Jámbolin tetánico


Cuando era chibolo era recontra alérgico; ahora sólo tengo una leve alergia al polvo. Un día, cuando tenía alrededor de 4 años, me dio una alergia usurasa a los colorantes de esos fideos de colores que solían vender (no sé si los seguirán vendiendo) que pudo haberme matado. La cosa es que al día de ingerirlos tenía uno de los brazos como el de Popeye y el cuerpo lleno de manchas como moretones.

Me internaron al instante y la enfermera -a la cual mi mamá advirtió para que me coloque bien la línea- me puso mal la línea intravenosa (osea, la aguja no estaba metida en la vena, sino en pleno músculo) y termine al día siguiente con el otro brazo como el de Popeye (osea, hecho todo un Popeye), sólo que este estaba lleno de suero medicinal.

En cosecuencia, (aparte de la obvia puteada que le metieron al unísono el doctor y mi mamá a la inútil de la enfermera -a la cual ahora quiero matar-) todas las medicinas ingresaban a mi torrente sanguíneo por los musculos de mis glúteos. Cada dos horas llegaba una enfermera odiada para incarme el trasero. Lógicamente nunca más quise una inyección en mi vida.

Muchos años después pisé un clavo oxidado y me tuvieron que agarrar entre cuatro para suministrarme la vacuna antitetánica intravenosa por los glúteos.

En Jámbolin no salí por los examenes que empezaban el martes siguiente; bueno, por lo menos no salí a una reunión a divertirme. Tuve que ir en la mañana al colegio a completar horas de trabajo social para graduarme y cortando papeles con cuchilla me corte el dedo. De nuevo estaba oxidada. Conchesumare. Recurrí a mi amiga Wikipedia, que, sábiamente, me dijo que el tiempo promedio que tarda el tétano en desarrollarse era de 8 días. Esa noche fui a ponerme la vacuna de nuevo.

Luego de examinarme y limpiarme la herida el doctor me dijo que el tratamiento constaba de tres vacunas a lo largo de un periodo de 2 meses. Que miedo; bastante malo ya era tener que ponerme una. En el cuarto del costado se escuchaba, casi de una manera surreal, un chibolo chillando por cualquier cosa, pero como si lo estuvieran matando, poniéndome aún más nervioso. Me disponía a bajarme el lompa para echarme y que me castiguen por malcriado con una vacuna cuando la enfermera me dijo si quería la vacuna echado o parado; eso me sonó raro. Resulta que era una vacuna intramuscular general, no específicamente en el músculo detrás de la parte superior de la pierna. Que feliz. Me dolió un poquito, pero sólo tuve que remangarme el brazo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Read My Mind



Más tarde el post sobre el Jámbolin Tetánico

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