jueves, 25 de marzo de 2010

"Well, allow me to explain some shit to you"

"And you need some fucking theme music so you can struck and stroll through your life like un untouchable river of HOT FUCKING LAVA"
- Josh Homme


sábado, 20 de marzo de 2010

New Moon

El viernes pasado estaba en la cola de una caja rápida en Wong y junto a mi había un señor con una copia de New Moon en la mano. No podía evitarlo; le pregunte si su hija lo torturaba con ese libro.

"No, mi esposa".

Que mal.

p.d.
El osito de la izquierda abajo no es un virus; estaba probando codigo HTML.

jueves, 18 de marzo de 2010

Es que hay cosas ácidas

Hoy quiero que se rían. Tengo unas cuantas anéctodas recientes.

Primero.
Ayer toqué con Los Chobis, o por lo menos con el Chobi Trio, pues Ruy está en Argentina. Tocamos en Excess de Larcomar.

Salió bravaso, bravisimo, a pesar de haber sido la tocada con más bloopers en la historia de Los Chobis, además del siempre incompetente sonidista amateur (aunque el de ayer tenía unos 60 años).

Pero lo chistoso no es esto. Salimos del local junto con los Chobifans. Todos los Chobifans que fueron ayer estudian en la Cato, y tenían clases al día siguiente, como yo; algunos decían que tenian que ir a sus casas a estudiar. Me compré una gaseosita. Le invité a Gali. Luego José dijo "uy que rico, me espera una Sprite en mi casa" (la Sprite que yo compré el día anterior despues del ensayo Chobi), y me pidió que le invite. "A mi me espera un platazo de lentejas con bisteck", dije yo, todo cachoso. Y en respuesta Gali dijo, ácido y a manera de queja, "Y a mi me espera una fotocopia de luca".


Ahora las historias se ponen más estrafalarias.


Una de las personas que he conocido en la universidad es Lelia. Como se llama Lelia, y no Leila, pero todo el mundo se confunde y le dice Leila, y yo me suelo confundir con esas cosas más que los demás, le ideé un apodo: Princesa Leia. No hay pierde, no le molesta que no le diga Lelia, y le gusta que le digan princesa, así que fresh.

La princesa Leia es movida, algo atolondrada. Es muy chistosa. Pero parece que también es primeriza cuando se trata de transporte público.

Usualmente nos regresamos juntos Haim, Dani, La princesa Leia y yo, todos en la misma combi, conversando. Aparentemente, un curioso día de la primera semana de clases que tuvimos, la Princesa se perdió en lo que comentaba con nosotros, y luego, al ver que el carro ya había parado en su paradero y retomaba velocidad, decidió dejar la conversación para después y bajar de la combi en movimiento mientras gritaba "BAJO, BAJO" al aire.

Bajó los escalones, dió dos pasos inestables y rodó por el suelo por la mitad del carril de la derecha (pues la combi ya estaba en el carril izquierdo) con una fila de carros detrás. Mientras los demás se mataban de risa yo me pare a ver que carajo había pasado (pues, de donde estaba sentado, solo logré ver la mitad de arriba de la escena). Pero, sorprendendemente (aunque probablemente gracias a la fuerza), la princesa Leia se paró casi al instante riendo, intacta.


Por último,

Hoy me subí a la combi de regreso con Dani. Luego de mecharme con el cobrador porque no nos quiso cobrar tarifa de universitario (porque, extrañamente, mi floro de "Este es el carnet para ingresar a la universidad; todavía no nos dan el carnet universitario, porque, usted sabe, en Perú esas cosas demoran") me di cuenta de un tatuaje que, seguramente en un lapsus mental salvaje, se hizo en el brazo.

"Mira la muñeca derecha del cobrador," le dije a Dani.
"¿Qué es?"
"Mira, mira".

Luego de haber descifrado el garabato que llevaba en el brazo (pues parecía un garabato, aunque en realidad estaba dibujado en perspectiva), le dije "Maestro, " (he descubierto que si le dices "Maestro" o cualquiero otro calificativo agradable a las personas que te sirven, como el bodeguero, el taxista o el cobrador, te tratan mejor, y se suelen obtener mejores resultados), "¿que tatuaje tiene ahí en el brazo?". Me dió una respuesta ininteligible, junto a un "es para tapar un corte, lo tengo que borrar", pero como obviamente no le creí y sabía bien qué era el tatuaje, le dije, de manera discreta y en jerga para que el abuelito que estaba sentado en el asiento reservado no entienda, "¿Es una bolsita de marciano, no?". El cobrador se avergonzó y como que me dijo que si. Daniela no lo podía creer, y, a decir verdad, yo tampoco.

El tatuaje era un condón desenrollado en perspectiva, tirado en el piso, con algún texto encima que no pude descrifrar.

Es que hay cosas surreales y cosas muy surreales.

sábado, 13 de marzo de 2010

Traslación distrital


La gente de mi generación está entrando (o ya entró, o entrará) a una etapa de la vida en la que muchas cosas cambian. Principalmente la rutina diaria.

Una de las mejores cosas (y al mismo tiempo la más tediosa) de entrar a la universidad es dejar de depender tanto de tus padres, y me refiero exclusivamente al hecho de que para movilizarte por está caótica ciudad de Lima, ya no puedes -y creo que tampoco debes- depender tanto de ellos.

Entonces, es en estos días que a mucha gente le presentan un mundo completamente desconocido para ellos: el transporte publico. Y obviamente no me refiero a pagar un taxi y decirle que te lleve a donde sea, sino me refiero a sentarte pararte arqueado en una combi repleta de gente, completamente apachurrado entre un causa con un sobaco espectacular y otro patín que escucha música tan fuerte que parece que cuando se quite los audífonos ya no va a escuchar ni los insultos que pronuncia el conductor.

Usualmente, en caso de que te vayan a dar carro, no te lo dan el primer año; si lo hacen, o tienes mucha suerte, o mucha plata. Lacalaca, pues todos los otros mortales tenemos que perder horas de sueño y partirnos la espalda para llegar a la universidad a tiempo. El trajín diario (y doble) es salvaje.

A Daniela, una de mis nuevas y mejores amigas, le enseñé todo lo que tiene que saber sobre ir en combi. Fue bastante cómico, pues, cuando le dieron el boleto me preguntó "¿Y para que es esto?". Tenía la expresión facial de un niño en una tienda de juguetes, o en su primer día de clases; toda emocionada e ilusionada.

De acá a dos meses va a estar completamente harta.

El mundo de ir en combi es toda una ciencia, o un arte, o las dos cosas al mismo tiempo. Tomar la S, hacer conexiones, mecharte con el cobrador para que te de tu vuelto completo, leer las frases que tienen escritas por ahí, junto con los mensajes subversivos escritos detrás de los asientos; incluso entender su dialecto es un desafío.

Y hasta la música es toda una experiencia. Se puede catalogar en cuatro categorías generales: Reggaetón, Salsa, Cumbia (incluyendo el Tex-Mex) y 80's. Es muy raro que toquen algo que no entre en una de esas categorías. Pero la plaga eterna es el reggaetón; citando Chifa, una canción de una honorable banda llamada Los Chobis (a la cual pertenezco): Me da miedo salir y encontrarme con la misma triste decepción; escuchar siempre Reggaetón.

Pero hoy día fue algo diferente; como ahora hay un montón de carros nuevos entrando al sistema y están desechando las carcachas jurassicas que servían de movilidad hasta hace unos años, de paso, las empresas que implementan estas medidas, están pagando la mitad de sueldos al eliminar al cobrador y transformar a los choferes en choferes-cobradores, lo cual es bueno.

Y hoy día el carro era nuevo y grande, entré y le pagué mi luca al chofer, había poca gente así que me senté, saqué mi libro de Murakami para leer un poco, y el chofer era la excepción que desafía la regla, pues manejaba tranquilo, prudente, y con tal estabilidad que pudieron estar parados junto a mí una pareja, de personas de mi edad, parados, sin empujarse el uno contra el otro, besándose. Luego me bajé y los llamé para cederles mi sitio y el de mi mochila, para que se sienten juntitos.

Para el que todavía no tiene idea de cuanto duelen los fierros del asiento de combi, acá cito un consejo de mi causita José: Si no sabes como llegar, toma la S.


Luego, al comienzo de mis largas vacaciones alejado de la Blogósfera, me mude, de nuevo, de Barranco a Miraflores. Me puse a pensar en los pros y los contras de ambos distritos. Comenzando por la comida.


REYBABAR's Survival Guide - Barranco vs. Miraflores Edition

Ya varias veces he hablado del Pansito de Toño. "La tienda de Toño", como le han puesto algunos lugareños, o "Toño", como yo simplemente le digo, es una bodega que, además de vender lo que venden todas las demás bodegas, tiene PANSITO. Pan con pollo y una mayonesa espectacular, junto con un ají aún mas espectacular. Ya muy espectacular. Cuesta S/, 2.50. Además tiene Chicha y Maracuyá de la casa; porciones de keke y de torta; mazamorra, arroz con leche y combinado; Gelatina y pie de manzana y alfajores. Totalmente recomendable. Hoy me dio su tarjeta; si a alguien le interesa, queda en la Av. Grau 755, a una cuadra de Los Reyes Rojos. Eso si, el pansito se acaba a las 8, a más tardar.

A una cuadra de la bodega de Toño, caminando hacia Miraflores, frente al Dragon Fans, hay una bodega; la bodega de doña Tere. Doña Tere vende un keke de nuez a un sol que prácticamente se derrite en tu boca. Es demasiado suave, y obviamente, demasiado rico.

Y junto al Dragon Fans está La espiga de oro, una panadería cara y ficha, donde el tresleches es espectacular. Cuesta S/. 5.00.

Ahora, si quieres algo más que un postre, en el jirón Unión, frente a la Bomba (la estación de bomberos, donde esta el Wahio's) hay un menú. El Uechi es buenazo, bonito y barato. La sopa de la casa es espectacular, más si tiene ají y limón. El seco con frejoles y el asado con puré son arte. También tienen postres: mazamorra, crema volteada, leche asada, gelatina.

Y si tienes más plata puedes ir al George, una cevichería buenasa que se encuentra en la misma calle, llegando a la avenida Grau. Y si tienes aún más plata, te vas al Cantarrana, que queda a la espalda de Metro de Grau; el ambiente es bravaso, los mozos son chéveres y, obviamente, la comida es excelente.

Si eres católico, o te quieres casar en un lugar bonito, la iglesia de San Francisco de Asís es una de las iglesias más bonitas del país. Si estás aburrido puedes irte a cualquiera de las galerías de arte, a jugar counter en cabinas, o a sonsear por ahí. Hay bodegas en todas partes y no uno sino dos Metros. Y todos saben cuantas cosas se pueden hacer en Barranco de noche.

El único problema es que el Metropolitano de nuestro queridísimo alcalde ha modificado el orden natural de las cosas, y como ahora 2 de 4 carriles de la Av. Bolognesi se usan, es mucho más fácil cruzar del otro lado (y además, todas las combis que van hacia Chorrillos ahora pasan por la avenida San Martín, por lo que todo el mundo -incluyendo cangris y/o pirañas- tienen que cruzar desde el otro lado de Bolognesi y caminar hasta San Martín para tomar su carro), por lo que ahora es mucho más peligroso caminar por Barranco que hace unos 4 años.


Por otro lado,

En Miraflores no hay ese tipo de cosas, salvo los Chifles Piuranos que vende el chino de la bodega que queda diagonalmente frente a mi casa (y para todos los que conocen el skatepark de Miraflores, me refiero a la bodega del chino antipático que ahora le da por dejar la reja cerrada todo el día).

Pero, por lo menos, camino más tranquilo por las calles, y tengo un parque enorme a una cuadra para pasear a Chicho y soltarlo para que se enamore fugazmente de cachorritas de 4 meses. Chicho es todo un playdog; hasta el taxista se lo hilea.

Aquí esta hace unos meses, aurita tiene 8 meses.



sábado, 6 de marzo de 2010

Cabecear

La universidad da sueño. Es demasiada información en muy poco tiempo, por muchas horas,repetidas veces a la semana. Tu cerebro no descansa (y qué decir del incansable doble trip diario en combi y lo que hace este con tu organismo).

Para eso se inventó en cabeceo. El arte de dormitar en alguna clase aburrida, cual quiera sea tu estilo. Hay algunos que se ocultan detrás del que está sentado delante y se echan a sus anchas (aunque eso ya no sería denominado cabecear, pues no cabeceas). Otros, apoyan sus testas en cualquiera de sus manos, y las balancean artísticamente hasta encontrar el equilibrio exacto. Lo perfecto de esto es que luego de alguna fracción de minuto de completa y exquisita no-conciencia, el individuo del caso pierde el balance, su cabeza cae y, mágicamente, se despierta de un susto. Luego de una cuantas repeticiones, el individuo ha descansado lo suficiente, y la última pérdida del balance resultó en que su cabeza haya caído esta vez con más fuerza, generando en él un nuevo y renovado sentimiento de despertancia (ya se me acabó la labia).

Que excelente.

Por otro lado,

Este martes,
(una excelente forma de despedir las vacas,)

Los Chobis
en
La Despedida de Ruy Vol. 2

11:30pm, El Keko (ex Ekeko) de Barranco.
(todavía no sé cuanto marca)

(todavía tengo que pasarlo a flyer)

miércoles, 3 de marzo de 2010

yeeee

Hola señores

Ya que ya empecé clases (las cuales, para ser más exactos, empezaron el miercoles pasado) y -supuestamente- me he dado mi bien merecido descanso, creo que es hora de regresar. Así que empezaré a escribir como antes.

Tenía demasiadas ideas; demasiadas. Intente mantenerlas todas latentes en mi cabeza, pero ya me olvidé de la mayoría, aunque probablemente regresen periódicamente.

Pero lo más resaltante que recuerdo de las cosas que quería escribir es sobre algo que me pasó en Saga, aproximádamente el 26 de diciembre.

Acompañé a mi papá y a su mamá a comprar el soat. A pesar de que navidad ya había pasado, había una increible cantidad de gente. El Saga que está en el Parke Quennedy tiene tres pisos de tiendas, y luego dos (o fácil tres) pisos de estacionamiento sobre estos. Dejamos a mi abuela en la puerta y subimos, mi papá y yo, a cuadrar el carro. Lógicamente el 4to piso estaba completamente lleno, por lo que tuvimos que buscar un espacio en el 5to.

El 4to piso tiene escalera directa al 3er piso de la tienda, pero la única forma de entrar a la tienda de el 5to piso es por el ascensor.

Había, sin floro, una cola de 20 personas para subir a un ascensor de 6.

Mi viejo y yo, de ninguna manera, íbamos a perder el tiempo esperando en esa cola, entonces empezó la aventura. Encontramos la escalera de emergencia y, cuando estábamos a la altura del 4to piso un vigilante (o como se llame) nos dijo que no podíamos usar esa escalera en una típica conversación incoherente que suele suceder (y más ahora en estos tiempos --> http://papijosepapi.blogspot.com/2010/02/marcha-intrascendente.html) se le sube a la cabeza la autoridad entregada a cualquier ignorante.

Pero para suerte ya estabamos en el 4to piso, así que salimos de la escalera de emergencia y utilizamos la escalera eléctrica.

Luego de bajar y hacer el trámite mi abuela se dió cuenta de que se había olvidado de los papeles del carro. Les dije que mejor yo los recogía para hacer el trámite más rápido.

Cuando llegúe al 6to piso (por el ascensor) vi a más gente en la cola esperando bajar que cuando llegué. Encontré el carro, saqué los papeles, y me dije a mi mismo "De ninguna manera voy a esperar ahí como un huevón".

Fue entonces cuando vi a dos patas intentando hacer caleta su intento de bajar un nivel por la subida de autos (pues, probablemente y debido a la autoridad desmesurada depositada en hombres incompetentes, si los veían les iban a armar un roche inecesario).

Pero, obviamente, me uní a ellos en ese mismo stealth mode, con los hombros un poco encojidos, la espalda encorvada y caminando en puntitas.

Le dije a uno, "El ascensor es para quesos".

Me respondió, "¡Athí eth!"

Todavía me da risa.

Y ahora quiero que se pongan a pensar:
¿No llegan a verse iguales todas las personas que se ponen brackets? (no offense a nadie)



Los dejo con una cancioncita calet chévere.
Supergrub es la primera banda de Ben Kenney, actual bajista de Incubus. Pueden oir su música en Benkenney.com o en su myspace.

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