lunes, 24 de agosto de 2009

ca$h

¿Chino es un termino despectivo? ¿Técnico? ¿Cualitativo? ¿Agradecido? ¿Cuantitativo? ¿Descriptivo? ¿Criollo? ¿Faltoso? ¿Confianzudo? ¿Feo? ¿Bonito? ¿Cariñoso? ¿Platudo? ¿Realista? ¿?

Una de las grandes bondades de vivir en Barranco, o en Miraflores, o en un barrio, es la existencia del Chino de la esquina. Ya simplemente no nos importa si es chino o no, pero el termino está tan acuñado que simplemente se les denomina "chino". Pero "el chino" no es solo eso.

El bazar, bodega, kiosko, panaderia o lo que sea del "chino" tiene TODO. Encuentras desde galletitas de animalitos hasta cortauñas, albumes para fotos, peines, colonias, regalos, cartas, chelas, panetones, alfileres, etc. Las cosas caletas que uno encuentra en el chino siempre están en una zona especial; a veces no se ven bien, o como estan debajo del vidrio del mostrador nunca te diste cuenta de que habían pitos de referi para tu pichanga a una cuadra de tu casa.

Si me pongo a contar, y es más, lo estoy haciendo, chinos estrictamente chinos hay tres dentro de un radio de 3 cuadras de mi casa, masomenos. En ese mismo radio, si contamos a todas las demás bodegas, hay seis más (asumadre, seis más). Entre ellas esta el famosisimo Toño, un par de bodegueras antipáticas, la Julia, y la bodega junto al ex Iguana Producciones donde compras galletitas a granel.

Estaba en la bodega del chino Daniel, una de las locaciones comunes de mi infancia, a donde ya no voy tan seguido porque, como ahora vivo a una cuadra de donde vivía antes, me queda más cerca el Toño. Bueno, el punto es que entré a comprar, lo salude y me hablo en ese castellano masticado casi ininteligible, y entró a sacar lo que le pedí. Inmediatamente llegó una chibola de menos de 10 años montada en su scooter rosado y empezó a tocar espésamente el mostrador con su mísera moneda de un sol como si fuera la reina del mundo. Probablemente no se dió cuenta de que yo estaba parado ahí esperando y que, por ende, Daniel estaba adentro ocupado. Salió el hijo de Daniel, cuyo nombre hasta ahora no me sé porque tambien le digo Daniel a él, y puso una mueca de desagrado al ver la cara de la chibola esa. Compartía ese disgusto con su padre, pues cuando salió empezaron a dialogar denuevo con sonidos que no se entendían; su desagrado por la aparición de esa chibola era obvio y evidente. Escuincla malcriada.

La chibola pidió un chupete, pero como no sabía que sabor pedir Daniel se disponía a botarla justo cuando llegaron otros compradores, y como habría sido un rochesaso botar a una niñita aparentemente inocente de su establecimiento, Daniel no la botó. La chibola ya no quería chupete, sino quería habitas, entonces Daniel Jr. le dió sus habitas y recibió la moneda con asco. Le iba a dar su vuelto pero la chibola ya se había ido, entonces se disponia a guardárselo pero los otros compradores llamaron a la chibola inocente y Daniel Jr, de nuevo con una cara de asco, le dio su china a la chibola. Daniel y su hijo seguían asados luego de que se vaya, como si esa pituga les hubiera malogrado el día, como un grano en la mañana.

Yo compré un cortauñas, entre otras cosas, porque en mi casa se pierden los cortauñas.

Pero, ¿que razón tenía Daniel, el chino de la esquina, amigable, roño y tranquilo, para odiar así a una niña? En verdad parecía una caricatura ridícula; eran dos chinos, padre e hijo, peleandose pues habia una niña esperando en el mostrador.

Yo sé como es esa chibola; es insoportable. Es hija de una prestamista dueña de un par de peluquerias y un bar en el boulevard de Barranco (Buddha Bar, fácil lo han visto pero no han entrado porque el que regala Martini de sauco con maní a todas las flacas es el del costado). Antes me cortaba en una de esas peluquerias y la chibola esta jodía hasta que le daban plata para comprarse algo, pero como era hija de la dueña y jefa no le decían nada cuando se llevaba las tijeras que estaban usando o dejaba el pelo bien esparcido en todo el piso o rompía las revistas para las tías y los Condoritos para los señores. La pitufa esta estaba en su gloria con su monedita de un sol. La cojuda esta sabe que su mamá tiene plata (por lo menos mucha mas plata que todos sus vecinos y todas las personas de su entorno diario) y, por lo tanto, se cree más. La peluquería de su mamá queda a media cuadra; la chibola esta le jode el día todos los días a Daniel y a su hijo. La plata tiene un efecto asqueroso en la gente.

Disculpen estos discursos socialistas (en el sentido de que todos somos iguales), pero el episodio de la chibola alucinada me dejó impactado.

11 comentarios:

  1. yo no tengo un chino a la redonda asi que tengo que ir al grifo, lo cual es una mierda porque no puedes comprar chelas en joncas entonces todo es una caca.

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  2. Por eso es más bacan vivir en barrio

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  3. Estimado ReyBaber,

    Me parece que si así escribieras en TOK te iría mejor

    atentamente,

    Ajani Vengeant

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  4. jajaja te has dado cuenta q en los ultimos posts un pata t escribe con el mismo encabezado pero cada vez con un apodo diferente? quien es? jaja y con respecto a tu post... CACA

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  5. Oe oti, en ToK me va perfecto; el truco es hablar pastruladas con estructura y ya

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  6. Bien escrito, Garri. Comentaría pero yo sí tengo que hacer ToK jaja. Nadie aguanta a esa gente.

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  7. Véndele tu historia a los hermanos Coen. Te harás rico y ellos más.

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  8. comienzo a odiar a la chibola sin conocerla

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  9. jaa bien alonso buena voz que promociones los huecos de Barranco city son lo mejor :)

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  10. Yo conosco aa la chiboola si :)
    Cuando me cortaba ahi lo unico que sabia hacer esa decirme: HAY QUE IR A JUGAAR!!!! ME INVITAS A TU CASAA???!!!! HAAY QUE BAILAAR??!!! TENGOO UNA BICICLETAA!!! que insoportable.

    Yo.

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  11. Tienes razón Alonso, la plata a veces tiene un efecto asqueroso en las personas y se dá el caso que cuando más plata tienen la educación les importa un comino, sino observa, por ejemplo, a la gente que conduce sus 4 por 4, como manejan, las grandes casonas de aqui en Camacho, gente que estaciona en las veredas, sin importarle los peatones, etc. etc. por eso pienso que la instrucción, en algunos casos, no va de la par con la educación.

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