viernes, 23 de diciembre de 2011

Hoy sentí que mis pies eran piedras.
¿Lo que se escribe en la arena perdura, o desaparece?
Las palabras cobran vida en tres instancias.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Más del Primer Apéndice

Me parece prudente publicar esto. Son comentarios al Primer Apéndice de hace unos cuantos días.
Creo que es primera vez que contesto algún comentario, y en verdad es recontra feeling hacer eso.
Me gustaría saber quien es ese Anónimo.


Anónimo dijo...
¿en qué consiste "mantener una distancia pertinente -aunque no radical-", post-ruptura?
apreciaría vuestro consejo, ya que todos los demás suelen ser bastante perceptivos.
17 DE DICIEMBRE DE 2011 19:13

ReyBabar dijo...
No sé a que se refiere con "perceptivos".
Por lo general, cuando una pareja termina y corta toda comunicación, sea porque uno hizo algo muy malo o porque uno (aunque, casi siempre, los dos) quieren evitar stalkear al otro y no lo pueden hacer a conciencia y por eso borran y bloquean al otro de todo medio, o simplemente porque todavía hay algo ahí y no saben que hacer, es porque todavía hay algo inconcluso. Y ese tema va a quedar ahí hasta que se solucione. Y, creo que, cuando hay un conflicto latente esperando ser resuelto, siempre va a estar ahí jodiendo. La separación no debe ser radical justo por eso.
Lo ideal es que sea gradual, y que todos los detalles se vayan aclarando poco a poco, hasta que todo fluya sin roches. Probablemente nunca deje de gustarte, pero el punto es que ya no hayan roches.
Radical no es bueno. Si la situación no es normal, no está bien.
17 DE DICIEMBRE DE 2011 21:08

Anónimo dijo...
Gracias por tu respuesta. No lo había pensado así, pero sí es cierto que los cambios radicales demuestran que algo quedó sin terminar.
Pero ¿entonces? ¿No los borras de Facebook y sigues creepeándolos hasta que deja de doler? Yo también quisiera creer que la transición de ser enamorados a ser amigos puede ser limpia y gradual, pero como dices, esa persona siempre te va a gustar. ¿Nos resignamos, entonces, a que siempre va a doler?
17 DE DICIEMBRE DE 2011 22:19

ReyBabar dijo...
Lo que pasa es que todo parte de una decisión; si decidiste ya no estar con esa persona, sea por el motivo que sea, y en verdad no quieres estar con esa persona, poco a poco vas a dejarla de lado, porque en realidad quieres eso. El problema es cuando en el fondo sí quieres estar con esa persona; si ese es el caso yo diría que intentes hacer que funcione, que le hables, que tengas una larga conversación y que lleguen a un acuerdo. Siempre se puede. Si te hace bien no lo deberías dejar pasar.
Y si te sigue gustando -pero sabes que no es para ti-, la idea es que tengas bonitos recuerdos y que veas a esa persona como parte de tu vida y, si se puede, como un buen amigo (pero nada más). Si te gusta y es para ti, haz que funcione.
17 DE DICIEMBRE DE 2011 22:53

ReyBabar dijo...
Escucha "Is It Me" de The Kooks
17 DE DICIEMBRE DE 2011 22:55




martes, 20 de diciembre de 2011

Hoy vi a una persona que ayer estaba muerta.

sábado, 17 de diciembre de 2011

σχίζω

Mi mochila está pesada y un poco alargada; no sabía si usar el de madera o el de aluminio, así que llevé los dos.
Pedante. Toqué el timbre y abrió la puerta de par en par, con una cara de déspota perfecto, como si hubiera estado esperando a la perra de turno. Sólo fue un golpe seco -que luego se volvió mojado-, inmedianto y crocante, en el lado izquierdo del cráneo. Si no lo mataba lo dejaba bien jodido. Quería usar el bate de madera porque es más oldschool, pero usé el de aluminio porque es más higiénico.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Miserables

Léase de manera exagerada, con voz histriónica y chistosa, cuando sea necesario. No sé si recuerden a Filomena, la de Nickelodeon.  

¡QUÉ RICO! bzz Muchos olores, muchos sabores bzz Vamos por aquí, no mejor por allá bzz bzz El hombre de blanco está cocinando algo bzz bzz ¡ARROZ MARRÓN! bzz Quiero quiero quiero bzz bzz Caliente bzz Espero un rato bzz ¡COSA ROJA! ¡QUÉ RICO! bzz Yummy bzz Acá está libre, me tengo que limpiar bzz Ya terminó el arroz; ya no está caliente bzz bzz Corre corre bzz No me vas a espantar bzz ¡OLE! bzz ¡Directo al plato! bzz bzz Om nom nom bzz ¿Quién apagó la luz? bzz No importa. Om nom nom bzz bzz

"Mona, qué locos los chinos para freír fideos... Jajajaj ... Mi plato también está buenazo."

Yeee, luz de nuevo bzz bzz Om nom nom bzz bzz ¡AAAAHHH CORREE! A no, uffff bzz

"¡MIRA! ... No puede caminar. ¡Mozo!, venga un rato, por favor. Había una mosca adentro de mi arroz chaufa... No, no acaba de venir volando, ¿no ve que no VUELA?... Maestro, está ¡CAMINANDO EN MI DEDO! ¿No ve que NO VUELA?... Oiga, ¿acaso no entiende? Vaya a hablar con el administrador... Mona mira, tiene una pata lesionada. Jajaja se limpia las patas de atrás, no las de adelante jajajaj... Nicagando estaba adentro del arroz pues, no puedo creerlo... Maestro, no quiero que me traiga otro plato; había una MOSCA dentro de mi arroz chaufa, ¿no cree que se me va a quitar el hambre?"

No no no, no me dejes, las otras manos son malas bzz bzz Noooo bzz ¿Tú no eres el mismo hombre de blanco de la cocina? bzz Ah no, el otro es más gordo bzz Oye¿para qué vas a usar esa servilleta? bzz bzz Estoy lesionado, tengo 4 esposas y varios cientos de hijos bzz ¡PIEDAD POR FA...

"Ya nos vamos mejor, ¿no Mona? Voy a hablar con su jefa... Señora, yo siempre vengo... ¿Que no entiende? Esa mosca no volaba... No, no cayó del techo; estaba dentro del arroz, saqué un poco con mi tenedor y apareció ahí... ¿Entendió?... Ya me voy... ¿Qué?... Cóbrese... Hasta luego... Mona, sólo me descontaron mi plato... Miserables."

jueves, 1 de diciembre de 2011

El verano es una estación rara porque la gente no se mira a los ojos.

domingo, 20 de noviembre de 2011

No pretendo abarcar toda la profundidad de los temas que voy a tocar, pero tengo que mencionarlos porque son cosas que cada día me impactan más.

En mundo es demasiado pequeño. Le gente es demasiado compleja. La vida te presenta miles de oportunidades y cada una de estas miles de matices. Y cada uno de estos universos que se abren cuando uno decide involucrarse en un aspecto nuevo de la vida humana es inmenso. ¿Cuántas técnicas diferentes habrán para fabricar escobas? ¿De cuántas formas se puede pintar un cuadro? ¿Cuántas combinaciones diferentes habrá para desarrollar nuevas razas de perros? Hay demasiada música para escuchar. Y muy poco tiempo. Muy poca vida. Hay demasiadas personas por conocer, demasiadas playas por recorrer, demasiados sabores que probar, demasiado dinero que generar, demasiadas flores que oler. 

martes, 15 de noviembre de 2011

Burbujas

Hoy caminaba por el malecón cuando una burbuja pasó frente a mí.

¡Qué paja! Me puse a dar vueltas buscando de dónde salían.

Era un gringo con su hija, desde una ventana de su departamento.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Una abuelita

Una abuelita, luego de recibir 10 cajas de fosforos, pide "Eso verde que se come". En un vestíbulo blanco y estrecho, un anciano enternado se levanta trabajosamente de su silla y me abre la puerta. Un mototaxi vacío estacionado en una esquina toca reggaetón a todo volumen a las 6 de la mañana. En un pueblo a dos horas de Lima, los obreros se acuestan a la media noche y se levantan a las tres de la mañana para esperar al camión que los recoge y los lleva a la chacra. La demolición de una casa aledaña le regala a una familia una hermosa vista del mar, hasta que empiece la construcción de un nuevo edificio. En una casa en Miraflores hay cercas de 30 centímetros en los marcos de algunas puertas, como para evitar que los duendes se muevan libremente por la casa. Una cucaracha gorda me espera ansiosa en un baño, junto al interruptor de la luz. Cuando un pelao se lava la cara, no sabe cuando parar.

domingo, 30 de octubre de 2011

Nuestros años felices pt.3

Cuando era chibolo, uno de mis más grandes dilemas repetitivos fue decidir entre Bembos y Burger King. ¿Por qué? Porque Bembos tenía los mejores juegos del mundo -el tobogán del Bembos de Benavides que quedaba frente a Mc Donalds y Burger King era kilométrico- y Burger King tenía, siempre, las mejores sorpresitas.

Yo quería chotear a Timoteo y quedarme sólo con Karina. Mi tía me grababa -en VHS- los capítulos de Nubeluz. Mi mamá quería que me vaya a acostar a las 8, justo a la hora a la que empezaba Pokemón. Jugar pichanga en la mitad de la pista, con dos piedras formando cada arco, era cosa de todos los días. Romper lunas de un pelotazo o pegarle de cazuela a un tío asado que pasaba caminando por ahí también. Hacer carreritas de bicicleta por el parque y la iglesia era básico; no nos preocupábamos por el tráfico o caernos y rasparnos las rodillas o los codos. El primero en aprender a frenar quemando llanta era siempre el más bacán.
Tener un amigo nuevo significaba saber cual era su color, o su dinosaurio, o su Power Ranger favorito; ahora nos interesamos por cosas más profundas. Antes uno adquiría a su nuevo mejor amigo mediante un sencillo acuerdo que podía quedar en el olvido al día o a la semana siguiente; ahora todo es más trascendental.

Halloween era todo un evento; ahora es toda una chupeta. Recuerdo que en esa etapa de tu vida en la que ya no quieres ser niño pasé Halloween con un amigo, y como queríamos dulces nos hicimos parches de cuero y caminamos por el malecón de Barranco a una hora en la que ya no daban caramelos, y regresamos con un par de chupetes y unos cuantos caramelos feos. Pero fue divertido. 

Cranéala bien

Cuando me di cuenta de que Otto, el perro, ya podía salir a la calle y regresar sólo, me sentí como un gallo inflado; era todo un padre orgulloso de su hijo. Ya antes me había sentido así cuando cazó su primera paloma -a los 4 meses-, pero un padre nunca deja de sentirse así. 

Ahora sólo tengo que abrirle la puerta y cerrarla luego de que haya regresado; camina como si fuera dueño de la  pista, erguido, haciendo música con el son de sus garras en la vereda -porque no deambula por la pista-, huele un par de arboles, marca los arbustos, uno que otro poste, se acerca a los peatones y les salta para que le hagan cariñito, ensucia algún jardín, se entretiene con los olores que encuentra por ahí, y cuando termina su rutina (que por lo general tiene forma de cuadrado perfecto) regresa, sube las escaleras y entra a su casa. Y es genial, porque así no tengo que salir a la calle en piyama en el frío de la mañana.
Poco a poco, su rutina se fue haciendo más larga, hasta más lejos, y le fui dando más confianza. Y fue haciendo amigos nuevos.

Un día, Otto, me presentó a su nueva novia. Era una perra, y justo por eso no me gustaba, pero no le dije nada y decidí dejar que él sólo se de cuenta de todo. Al fin y al cabo ya tiene 2 años, lo que en dog years serían 14, por lo que ya está grandecito para empezar a descubrir el mundo. La cosa es que a las dos semanas regresó cabizbajo, con la cola entre las piernas, triste y con las orejas todas revolotadas. No quería comer. Le pregunte qué pasaba y me contó que ampayó a su novia con 3 perros chuscos a un extremo del parque, bien coqueta, entre que se correteaban, se mordían las orejas y bajaban por las escaleras que van a la costa verde a cazar ratas. Nunca más quiso nada con perras.

Toda mi vida he sido ingenuo. Bueno, no sé si ingenuo, pero he creído mucho en la gente. Solía decir cosas que en manos de una buena persona no habrían causado ningún daño, pero que en malas manos se volvían problemas. Creía (y espero seguir creyendo) en que la gente es, por default, buena. No tengo razones para pensar en que una persona es mala desde un comienzo. Otto, como buen hijo mío, es igual que yo, y un mal día me presentó a su amigo Antonio; un perro gordo, millonario, burlón, que pregunta y pregunta estupideces para joder y sacar alguna cosa con la cual fregar a uno. Los rollos de grasa cuelgan a cada lado de su cadera, y parece que tiene la cabeza muy pequeña para el cuerpo que tiene. Es de raza el perro, así que mira a los demás con un aire de superioridad rebasante, y se regocija en los problemas de los otros perros. Evidentemente no me caía para nada, pero de nuevo no le mencioné nada de eso a mi can. A la semana, Otto me contó que fue al parque y los otros perros del barrio lo miraron feo, y por supuesto que el no entendía por qué. El chisme era que Otto estaba saliendo con una gata siamesa de nombre Nina, y por eso sus amigos lo querían fuera del grupo. Claro que eso era mentira, pero el miserable de Antonio era así de jodido. Otto nunca más volvió a hablarme de él, afortunadamente.

A la larga aprendió solo, y ahora siempre lo veo en el parque con un grupo de perros educados, y como no le vacilan las perras, terminó estando con esa gata de los rumores.


No me acuerdo de cual era la moraleja.

Ya me acordé.

Los amigos son la familia que uno elige en esta vida; quizás terminen siendo más cercanos a ti que la tuya propia. Son, quizás, la elección más trascendental que vas a tener en tu vida, así que cranéala bien.


Tú no escojes a tu familia; fuiste producto de la unión entre tus padres luego de un proceso que, dentro de las posibilidades genéticas, fue aleatorio, y lo mismo le paso a ellos y a sus antepasados. Por lo tanto, muestras madres nos fueron asignadas, básicamente, al azar. Lo mismo pasa con nuestros padres, abuelos, tíos, hermanos, etc. Si te tocó una madre chévere -como a mi-, aprovéchala; si te tocó una mala, piña. Sea cual sea el caso, estás prácticamente obligado a convivir y aprender a relacionarte con ellos; lo ideal es que la relación dentro de una familia, sin importar las características de sus miembros, sea armoniosa.

Pero, uno si escoje a sus amigos. Y es una de las mejores y más grandes oportunidades que nos da la vida. Es la posibilidad de armar una nueva familia, a tu medida, que no se va a pelear contigo por herencias y que tampoco estas obligado a ver en días festivos, a pesar de que no los quieras ver. Van a ser tus nuevos hermanos. Por lo tanto, es un proceso sumamente delicado e importante. Cranéala bien.


Puro pendejo

Me van a robar. 

Por la puta madre, ¿por qué no puedo dejar de pensar en eso?


Carajo me van a robar. En la mañana ese causa se subió y se sentó junto a mí, y me miró con odio y codicia y me puso cara de malo y miró mi mano que guardaba el celular y mi bata y me odió y quiso quitármelo todo. Heroicamente me paré y me moví lejos de él. 

Putamadre me van a robar. 

Y ese pendejo camina como siguiendo a otro grupo y voltéo a verlo y el voltea y me vé y pone una cara de "Chamadre, si sabe, no es un pituquito huevón". Y sí, yo no soy pituco ni soy huevón; que esté con camisa un domingo en la noche no me hace ni pituco ni huevón. Y ese pendejo caminó para cerrarme en camino porque esos otros pendejos están en la escalera del otro lado de la vereda y se nota a leguas que son choros. 

Y yo soy un necio y no me quito los audífonos. Una sarta de choros no me va a malograr Reckoner. Me pongo a cantar en su cara pa joder.

Ya me robaron una bicicleta Goliat (de esas que no venden ahora), un reproductor de mp3 Sony (que era de la puta madre y tenía música de la puta madre) y un reloj Casio. Ojalá no me esté olvidando de nada de lo que me han robado. A mi pata le robaron su iPhone. Un día un taxi me regresó mi Nextel. A mi pata el seguro le dio otro iPhone. Cuando me robaron el reloj era un niño de unos 10 años y me dejaron tan traumado que no salía a la calle sin una especie de cuchillo de madera que hice con una tabla de una caja de frutas que le pedí a la frutera y uno de los rodillos para sacarle filo a las chavetas que había en el taller. 

Es que no puedo dejar de pensar en eso porque estoy seguro de que sí me quieren robar, sino no me mirarían así. 

Y en la combi soy un conchudo porque tengo el celular en una mano mientras con la otra sostengo los libros que estudio. Y no sé, estoy tan acostumbrado a ese aspecto de Lima que, aunque sea el mejor sólo de Gilmour o el grito más desesperado de Buckley, no me pierdo por completo; siempre estoy preparado para reaccionar ante algún pendejo. Putamadre, puro pendejo hay ahí. 

domingo, 2 de octubre de 2011

Probando

Hay un cuento cocinándose por ahí.

miércoles, 22 de junio de 2011

10 canciones para entrar en trance

Podría hacerla sólo de Radiohead, o sólo de electro, pero me llegó y metí música pastrula, math rock, reggae, etc. En ningún orden en particular:

Idioteque - Radiohead
Everything in it's Right Place - Radiohead
Dream Brother - Jeff Buckley
Sweepstakes - Gorillaz
Runaway - Kanye West
Mathletics - Foals
Babylon Rule Dem - Groundation
Incinerate - Sonic Youth
Vision of Division - The Strokes
Iron (y el remix por Gucci Vump) - Woodkid


Mención Honrosa:
Drunkship of Lanterns - The Mars Volta
Casa Bey - Mos Def
Metabolism - The Strokes


Y la que es, para mi, la MEJOR canción para empezar el día:
Turnin' on the screw - Queens of the Stone Age

miércoles, 15 de junio de 2011

Tanto miedo, desaprecio y repulsión hacia los serenos me han contagiado mis amigos que, cuando camino por la calle y veo una camioneta estacionada por ahí, tengo miedo de que me prohiban seguir cantando.

lunes, 9 de mayo de 2011

3

Cuando no tengo muchas cosas en la cabeza me gusta mirar a la gente; escrutarla, ver que hacen, cómo actúan, cómo visten, etc. Hoy día es uno de esos días. 

Lo primero que vi, estando dentro de la T, fue a dos, hasta ese momento gringas, queriendo llegar al Bus. Una, la más voluptuosa, corría con un brazo en alto haciéndole señas al conductor para que pare, y con el otro conteniendo su pecho para evitar un movimiento descontrolado. La otra caminaba un poco acelerada detrás de ella riendo. Se sentaron atrás. Hablaban en Francés.
Cuando me paré junto a la puerta para bajar les pregunté, en francés, si les gustaba el Perú, y les dije que el Perú era lindo. Se quedaron turulatas. 

Apenas bajé de la T me encontré caminando, frente a mí, a un personaje rarísimo; algo a lo Sirius Black. Llevaba el pelo largo como yo, con todo el cerquillo tirado para un lado para poder ver, pero su pelo estaba tan sucio que formaba hebras gruesas brillosas que se separaban de su cabeza y bajaban a, aproximadamente, un centímetro de distancia de su cuero cabelludo -la grasa de la base era tan fuerte que las mantenía en pie-. Tenía la barba de un par de días, y llevaba un soul patch como el que lleva Frank Zappa debajo de la boca, sólo que este era gigante, formaba una colita, y le llegaba casi al final del mentón. Usaba un bluyín, un polo oscuro y cargaba una bolsa en la mano derecha llena de cajas con el logo de una marca de herramientas que no recuerdo en este momento.
Pero, lo más extraño, era que, de atrás se veía que llevaba algo, una pieza de tela, amarrada en cruz por el pecho y la espalda, y por la expresión que marcaba en la cara habría pasado como un bandolier, un par de esos cinturones con cartuchos de balas que llevan los soldados en la guerra y en las películas. Pero, cuando lo vi de perfil (el primer momento en que lo vi), noté que el lado de adelante era relativamente rechoncho; llevaba un bulto grande, al que le hizo cariñito, por lo que creo que era un bebé. Pero no me cabe en la cabeza. 

Pero, lo más extraño, fue el personaje que vi de regreso a mi casa. Había un gringo sentado atrás. Llevaba un polo turquesa con una camisa a cuadros naranja con azul y blanco cerrada hasta arriba. Un short verde oscuro, zapatillas Adidas verdes con amarillo y una mochila negra sobre las piernas. También tenía el pelo largo como yo, pero era rubio y con una bandana roja alrededor de la cabeza y lentes modelo Aviador con lunas tinte morado oscuro. Pero lo más raro era que escuchaba música con unos headphones vintage de color celeste con marrón, y movía la cabeza de una manera única. Desenfrenada. A veces para arriba, como si Will Smith le estuviera gritando "Nod yo' head!", y luego, en cualquier momento y en otro ritmo cambiaba a moverla de lado a lado, como si negando algo muy enfáticamente. Luego paraba, y de repente, en cualquier momento, volvía a empezar.
Cuando bajó se quitó los lentes, y sin lentes ya no se veía tan cool.

viernes, 18 de marzo de 2011

ToK Essay

Question:
“We see and understand things not as they are but as we are.” Discuss this claim in relation to at least two ways of knowing.

Center name: Markham College
Candidate number: 000633 - 021
Candidate name: Alonso Elías Garrido Pinzás
Word count: 1550
Lima, Perú

Freudian psychologists say that our adulthood depends closely on our childhood experiences, so, in other words, that what we are about to live depends on what we’ve already passed through. This has various serious implications, such as the fact that we see and understand things not as they are but as we are, leading onto a whole range of possibilities for different interpretations of things and events. In other words, our interpretation of things is naturally subjective; throughout this essay I will evaluate the above statement by relating it to the different ways of knowing
.
Addressing my initial knowledge issue, whether we understand things as they are or as we are, we have to first define what makes us what we are. There has been a long time discussed debate between psychologists addressing this point: are we molded by our environments or by our genes, or is it a combination of both. Both the biological perspective and the learning perspective assumed deterministic positions, not wanting to accept the double nature of humans. In the end it was accepted by psychologists that people were forged both by their biological backpacks (genes) and their environments, both being very important in the upbringing or molding of a human being. So we can assume that we are as we are because of these two factors.

Sense perception is the first barrier between ourselves and the things around us, so that what we first receive from our environment is first processed by our senses. This directly leads us into the possible limitations or handicaps a person can have; for example, if two persons, one with perfect sight and the other with impaired vision, are asked to describe an object by looking at it with their bare eyes, their descriptions may be similar, but will differ at some degree, depending on the personal characteristics of the participants.

If an audience is enjoying the performance of an amateur school choir and between them is someone with perfect pitch, he may notice some errors in the songs performed while the others have no clue about them. Different people may train their senses in different ways, depending on their necessities in life, or their past experiences, as an artist can distinguish different types of yellow from Van Gogh’s Still life: Vase with twelve sunflowers and a sculptor can feel different textures and be able to separate them. A blind man cannot understand the world as we see it; the same happens with deaf people and subjects with any other sensitive handicaps.

The visual description now leads us to a different way of knowing: language. In the hypothetical case that both participants have perfect sight, there is no way that their descriptions of the discussed object will be equal, and for the simple reason that one may prefer using a different adjective, synonym or shade of yellow to give its description. One may prefer technical against casual vocabulary, as he may have been educated in a strict school, or may have studied law or economics, while the other may rather be subjective than objective due to his possible, purely artistic upbringing. And now, the range of possible connotations or implications given by the use of one single word depend on both the speaker and the hearer; one may describe one activity as “thrilling” because it was so much fun, but this same word may instantly flash Michael Jackson’s song “Thriller” into the others mind, changing the whole message.

Now, the cultural implications added by simply using the word “thrilling” in fact depend on the interlocutor’s cultural background; this now shows how language is closely related to the person’s upbringing. A local indian living in the Andes that has never heard about “Thriller” nor Michael Jackson would never think about it by hearing the word “Thrilling” being pronounced by an English-speaking subject; in fact, he may not even know English. In the same way, the word “potato” for a North American could mean “what French fries are made of”, while “papa” (Spanish for potato) for this same Andes local indian could mean “the generic name for one of a huge variety of different potato crops we have to harvest ”.

Both Spanish and English speaking people have a background culture that puts a great importance on how “good” or “bad” something is. On the other hand, as we may have seen in movies such as The Godfather, Italians and Italian speaking people rather focus on the beauty of the object or subject in question, so, where we would usually say “that’s good” or “que bueno”, an Italian would say “que bello” (how beautiful).

In the previous case we were looking at how different cultures attribute things with different words, but now we will compare the meaning of the same word, but for different people. Western cultures usually name and understand things for their appearance and practical significance; in English (and Spanish too), the word for spider (or araña) basically means “8 legged insect”, or “arthropod that belongs to the Arachnida class”. On the other hand, Eastern cultures look at a more profound meaning of things; the Japanese word for spider is “Kumo”, and what a Japanese man would understand from it would be “intelligent insect”. The differences in content between these two words that, in theory, refer to the same thing, is abysmal; while both the English and Spanish words refer to the totally observable or scientific descriptions of spider, the Japanese word seeks for a deeper, more philosophical point of view. And this huge gap in knowledge acquired by a single word is only due to the differences in culture; the Japanese culture is well known for its mysticism and deep thinking of things, while the western cultures are known for their objectivity.

And each individual’s culture does not only affect our language and understanding or words, but our understanding, reasoning and criticism of all things, of our complete environment. This is how we move on to Reason as a way of knowing. We reason according to our mental capabilities, which were given to us by our genes and explored and exploited by our environments. We also reason according to our social positions, our culture and our values or moral fibre. Reasoning of a certain subject depends on all of these things; a mentally impaired person will not be able to proceed with common market calculations in the same way someone else may.

Hermann Nitsch is an Austrian artist best known for his performances and rituals where he paints with the blood of slaughtered cows. This may sound shocking, but it may sound reasonable or common for an artist from the same circuit, accepting it. On the other hand, an average Indian who thinks of cows as sacred animals would definitely think of this as an insult to his culture and even as sacrilege. Both have reasoned according to their own selves, their own cultures and their own upbringing, reaching diametrically opposite conclusions, but the totally objective outcome of Nitsch’s work is that he paints with cows’ blood. The object in question remained unchanged; we changed the interpreter and the dependant interpretation resulted different. So, after this small exercise of simple induction, we can say that the interpretation, the understanding of something, depends on the analyst in question.

Something similar happens when talking about emotion as a way of knowing. Emotions themselves also depend on the subjects personality, upbringing and past experiences; he or she would have to evaluate and compare a present event, object or subject with past references, to his or her believed and rooted model of love, hate and every other emotion to know and define what he or she is feeling. Someone that has lived a basically plain life will not feel in the same intense way a very experienced person could feel. This is one of the reasons why different songs appeal to different people; they can like or dislike a certain song due to the feelings they can experience or recall when listening to them.

Usually scientists try to interpret and understand things in an objective, scientific way, following the scientific method. If this were always possible, understanding of things would not always depend on the analyst but on the nature of the studied object or event, resulting on an even and equal perception of everything from everyone; but this is not the case. This is impossible on the world we live in, where everyone has different aspirations and abilities, different ideals and ideas. Even in a perfect hypothetical case, scientific analysis of something would depend on the degree of studies and “scientificness” of human beings, and due to the fact that all humans are different, this is impossible. To overcome these difficulties when trying to reach definite truth, scientist average and compare values and information with their fellow colleagues, reducing uncertainties, possible bias and subjective interpretations. In the end this is as close as we can get to achieving objective truth. In conclusion and with proof with reference to all four areas of knowledge, we can say that we indeed see and understand things not as they are, but as we are, as our personal abilities, culture, upbringing, personality and reasoning influence in the way we comprehend things.

domingo, 13 de marzo de 2011

χιονάτος


El último día del invierno, cuando se iba, Boreas, de un fuerte soplido helado, sacó al dios Zeus de una siesta profunda, quien despertó para ver frente a él a su sueño personificado en un último hijo, dormido y cansado, acostado de lado.

Le echó a ese mismo la culpa infundada de su reciente insomnia, acusándolo de robarle su somnolencia, y como castigo por tal atrevimiento, lo despojó de todo carácter divino.

Aburrido, olvidado, y desheredado de todos sus derechos olímpicos, sin nombre, y sin ninguna tarea que cumplir, se dedicó a dormir el sueño confiscado de su padre durante todo el verano. Estaba triste, pues le faltaba una madre, y yacía acurrucado en una nube esponjosa, alejada de todos (salvo de Hypnos, quien estaba orgulloso de las cualidades dormilonas del no-nombrado, por lo que lo nombró su ahijado favorito).

Seis meses inmóvil, triste en una esquina, descuidado por toda sirvienta divina, acumuló sobre él polvo, paja y mugre blanca en la cabellera que creció descontrolada desde su nacimiento, hasta que, el primer día de un nuevo invierno, volvió Boreas con su soplo eterno, y de frio se despertó el joven durmiente, sacudiendo su melena del blanco presente. Y de su pelo cayó a la tierra despacio, en el frío invernal, cubriendo todo espacio. La gente, ante el suceso no sabía qué hacer, resolviendo a sus casas entrar y desfallecer, triste ante el aislamiento y el realzado clima invernal.

Zeus, en el Olimpo, mirando hacia abajo, sorprendido por esa visión y por esa nueva invención, recordó no haber nombrado a su último hijo, y al ver la tristeza en la cara de los mortales, resolvió Quionatos nombrarlo ante tales.

domingo, 6 de marzo de 2011

"Nuevecuatrodos cien setecientosuno"


Tras la puesta del sol, luego de huir por nuestras vidas al ver la evidente e inminente crítica degeneración de la situación en el Carnaval de Barranco, tomamos un taxi. No le dio miedo vernos completamente pintados y posiblemente mojados, y nos brindó sus servicios. Estaba con ropadebaño. Me quité el polo para no mojar el respaldar y saqué mi celular del bolsillo de atrás. Lo puse en el asiento y cerré la ventana para que, junto a mis dos amigos, disfrutemos del calorcito del carro luego de haber estado caminando mojados. 

Al llegar a nuestro destino bajé del carro y, ante tanto frío, me puse rápidamente el polo. Pagamos el taxi, despedí a mis amigos y me dispuse a caminar a mi casa, sólo que, pensando en lo que iba a hacer más tarde, palpé mi bolsillo y no encontré mi celular. 

En mis 19 años, nunca había perdido un celular. Le dije al portero que, en caso de que regrese un taxista con un celular, le avisé a mi amiga. Entonces se me ocurrió llamar al celular, que afortunadamente no estaba en vibrador, y le pedí a mi amiga que llame por el intercomunicador. Cuando llegué a su departamento me dijo que no contestaba, pero intentamos una vez más y sí lo hizo. El taxista le dijo algo sobre llevarlo mañana al Sachún, y curiosamente yo vivo detrás de este. Resulta que mi mamá ya había hablado con él y habían quedado en que lo llevaba mañana. Le pregunté si porfavor podía dar la vuelta para traerlo aurita que lo necesitaba urgente. Me dijo que no me preocupara, que el igual lo iba a regresar, pero ante mi insistencia accedió. 

Esperé afuera de un edificio sanisidrino por unos cinco minutos cubierto de pintura, descalzo (para no resfriarme por el agua acumulada), hasta que llegó el taxista. Cuadró, bajó la luna y me pasó el celular. Ni siquiera me pidió plata. Me repitió que él de todas maneras iba a devolverlo. Le dije que por personas como él el Perú estaba mejorando. Qué bestia. Le pagué la carrera y le pedí su teléfono. 

Taxi Rafael:
"Nuevecuatrodos cien setecientosuno"

Se fue y un carro de Serenazgo me vino a intervenir. Les expliqué de donde venía y que había estado esperando al taxista para que me devuelva mi celular. No podían creer que me lo devolvió.

jueves, 24 de febrero de 2011

Una vez en la selva comí termitas. Si ves un árbol con estructuras superficiales como canaletas, probablemente sean caminos construidos por estas. Si rompes un pedacito con el dedo, inmediatamente salen en mancha por ambos lados y comienzan a reconstruir su autopista. Son increíblemente ordenadas.

Las termitas obreras saben a madera. Las termitas guerreras, o soldado, saben a menta-pimienta. 

jueves, 17 de febrero de 2011

Primer apéndice

De la Guía para relaciones amorosas

Sobre el gusto;

Luego de hablar con mi mamá me di cuenta de que no soy el único. Luego lo corroboré conversando con algunos amigos. Generalizando, si una persona te gustó, nunca te va a dejar de gustar. Probablemente la excepción más general a esta situación es que lo termines odiando, por A o B razón. Otra posibilidad para ese "gusto" es que se transforme en admiración, y luego en amistad, y que tu super crush pase a ser tu mejor amigo.

Esas son, para mí, las únicas dos posibles terminaciones de un "gusto". Porque si te gustó fue porque algo en esa persona coincide con las cosas que buscas, y las personas no cambian -amenos que quieran cambiarlo (y no creo que nadie quiera cambiar algo atractivo)-. También puede dejar de gustarte por alguna desilusión o desencanto, pero eso es, por lo general, porque no era la persona indicada, y eso es algo aparte.

Pero ese no es el punto. El punto es que, obviando esas dos opciones terminales (y la de desilución), te va a seguir gustando, te va a seguir dando celos, te va a seguir pareciendo una persona admirable, y va a seguir siendo una persona grata en tu vida. Esto implica dos cosas:
  1. Uno tiene que aprender a comportarse de acuerdo a la situación, especialmente al momento de estar en una relación; rodeado de tantos "gustos", uno tiene que aprender a manejar su corazón, a mantener una distancia pertinente -aunque no radical-, y tener todas las cartas sobre la mesa para evitar futuros resultados -inesperados- e indeseables.
  2. (Ya no es suficiente alejarse de sus exes, hermanas y mamás.) Uno tiene que respetar los "gustos" de los demás; no necesariamente mantenerse alejado de la flaca que hablaba con ese broder de biología marina que se viste raro y con quien nunca has hablado, pero si, mínimo, considerar que algunas personas fueron "gustos" de tus amigos o de gente de tu círculo más cercano. Porque estoy seguro de que ninguno de ustedes toleraría que la chica o el chico con el que salían hace un tiempo esté ahora con algún amigo suyo. Es un tema bastante delicado.

Sobre la ruptura

Ahora. Las rupturas pasan. Estamos en Testing Phase (Punto 20, GPRA). Es normal, y a veces es mejor. Es parte de la selección natural. Y son jodidas porque significan un cambio bastante significativo en nuestra vida diaria. Ya no hay a donde ir a almorzar los fines de semana, ya no vas a jugar con su hermanito -ese que te admiraba y corría a saludarte gritando tu nombre-, y tampoco vas a poder echarte en el sillón predilecto.  Vas a llegar más temprano a tu casa cuando salgas porque ya no vas a tener que llevarla a su casa y ahora por lo menos te va a pesar un poco la billetera. Ya no tienes suegra, tu suegro ya no te va a tasar con la mirada, y sus amigas ya no te van a tener bajo la lupa.

Pero ese tampoco es el punto. El punto es que es difícil manejar las rupturas. Enfrentar la soledad es una cosa complicada; la mejor opción es siempre la amistad verdadera, los amigos incondicionales, y la risa. Frecuentar lugares diferentes, cortar comunicación y dejar que pase el tiempo.

El tema se pone complicado cuando de amistades se trata, y especialmente cuando las relaciones fueron largas. Es importante definir, de manera tácita y no-verbalizada, que "él es mi amigo y ella es tu amiga" para armar esas barreras invisibles, que, de una u otra manera, protegen los sentimientos de uno y del otro, pues evitan encuentros "accidentales" inesperados (esos con resultados desconocidos e incontrolables).

Y tampoco es chévere que los demás se metan en tu relación (o tu ex relación). Por lo tanto, tampoco los metas; es un tema de dos, no de tres, cuatro, diez, etc. Sólo dos personas toman las decisiones. Y se necesitan dos personas para una relación; si sólo uno quiere, sólo se logra prolongar la agonía. A veces un tiempo facilita las decisiones, pero ese "tiempo" también debe obedecer las condiciones de la ruptura

No fui yo

A las personas no les gusta aceptar sus errores; que algunas lo hagan es una cosa, pero en general a nadie le gusta. No decimos "perdí mi celular", sino "me robaron el celular" o "mi celular se perdió". Un celular no se puede perder, no tiene voluntad propia ni apéndices propulsores.

Primero evitamos aceptar nuestras faltas y luego le atribuimos características fantásticas a los objetos. Luego jugamos un poco con nuestra imaginación y ejercitamos la inocencia de nuestros hijos con historias como la del conejo de Pascua y la del ratón Pérez (aka. Tooth Fairy); una mentirilla blanca para ver brillar sus ojos y justificar la generación espontánea de dinero debajo de sus almohadas es, de nuevo, no querer reconocer que nosotros lo hicimos (aunque por una razón noble). Si una vaca desaparece decimos que fue un OVNI, y si cualquier otro animal de granja experimenta una muerte sin precedentes, le echamos la culpa al Chupacabras. 

En mi casa se pierden las medias. Tengo entendido que no sólo en mi casa. Hace unos días vi (de reojo, antes de que desapareciera derrepente) a un perro con una media mía en la boca; la destrozaba con locura y pasión como si fuera un delicioso pedazo de carne. Una medía sucia. Fui a buscar las medias que acababa de dejar en la canasta de ropa sucia y encontré una sin par.

Le puse Otto, the sockdog (o, si prefieren, Otto, el perro de las medias). Es una nueva explicación paranormal para nuestra ineficiencia de todos los días.

De cacería

El wingman es el buen samaritano. El que acompaña a sus amigos lobos de cacería pero no busca presa propia. El que espera que uno de los miembros de la jauría escoja un objetivo, atiende al llamado, y entretiene a la segunda presa sin mostrar los dientes, mientras su hermano afila los cuchillos, prende el carbón, y se prepara para el festín. Es un facilitador. No le gustan las trivialidades. Tampoco tolera la falta de química con la que le tocó, pero se inmola por su buen amigo. Y si la presa otorgada a él no respeta los estándares mínimos, intercambia platos con su compañero como reprimenda por abusivo.

domingo, 30 de enero de 2011

Chun-Li

Iba caminando por la Av. República de Panamá, al lado izquierdo de la vereda, contra las reglas de tránsito internacionales, y frente a mi ví a una chinita de mi edad caminando en dirección hacia mí. Me parecía conocida.

Me miró.  La miré. Me siguió mirando. La seguí mirando. Me di cuenta de que no la conocía.

Y luego empezó a mover los brazos como si fuera una cigüeña, una gaviota o algo por el estilo. De arriba a abajo, simultáneamente, en armonía asiática. Me sentí, por un momento, como un outsider en plena película de artes marciales contra la típica china atractiva con poca ropa haciendo la grulla.

Siguió caminando moviendo sus alas, y a masomenos dos metros de mí, dejó de moverlas, dejó de mirarme, y siguió de frente. 

sábado, 22 de enero de 2011

Pelota

Llegué a mi hogar un jueves por la tarde y no había nadie. La puerta estaba con llave, pero le habían dado dos vueltas en vez de las tres que usualmente le dan, lo que ya era bastante extraño. Entre y no escuché bulla, cosa que, viviendo con un perro y dos mujeres, es casi imposible. 

Cuando pasé junto a la puerta de mi cuarto, que estaba abierta, vi a mi perro mirando su pelota, que guardo en un estante alto. Al hacer contacto visual conmigo empezó a ladrar, y sus ladridos no son ladridos cualquiera. Otto es un perro chico, hijo de su hermana, con un ladrido característico, fuerte, agudo y grave a la vez, por lo que se siente como serruchos en los oídos. 

Ante el estruendo me seguí de largo; no le dí su pelota porque la utilizamos para condicionarlo para ir al baño en la calle, y se la damos sólo en ese caso. Me seguí de largo, entre al baño, me lavé la cara y las manos con jabón Dove (y me demoré como dos minutos en sacarme la crema de la piel), y Otto seguía ladrando. Le grité que se calle y no me hizo caso.

Regresé al marco de la puerta de mi cuarto, lo miré, le pegué en el hocico, dio un chillido agudo, y siguió ladrando. Le volví a decir que se callara, se sentó -pues hasta ese momento había estado parado, ansioso por su pelota- me miró, resopló como un caballo, movió la cabeza de lado a lado de manera desaprobatoria, tosió un par de veces, levantó una pata y la golpeó contra el piso, y dijo:

"Oye, no seas huevón. Dame la pelota de una vez. ¿Qué no te das cuenta de que no voy a dejar de ladrar si no me la das?"

Bueno, ante mi estupefacción, cogí mi mandíbula con la mano izquierda y me cerré la boca, mientras levantaba la otra mano para bajar la pelota de la repisa y dársela al perro. Se abalanzó sobre ella, se echó a morderla, y, como yo seguía ahí parado, levantó la pata para que le haga cosquillas.

martes, 18 de enero de 2011

Bastante selvático


Era Tarzán, aunque más George de la selva por incompetente. Sólo él y su taparrabo frente al mundo (bueno, en este caso, los otros animales). Un rey en su territorio. El detalle es que ahora no le quedaba otra que hacerse de todo lo que tenía en frente, al lado, arriba, abajo, etc, para protegerse de los cocos que le tiraban los otros monos desde las copas de los arboles más altos de la jungla. Dichos proyectiles generaban en sus extremidades un dolor punzante que ya por siglos interrumpía su apacible vida y la de sus causitas. Tenía que defender a la prole.

Técnica tenían los monos; escogían cocos duros y le daban justo en el lugar mas jodido. Esto era una especie de guerra vertical sin cuartel por la supervivencia de la especie. El dios Sol no estaba de su lado, se había ladeado con los monos peludos luego de la firma de un contrato; él les garantizaba seguridad, y ellos se encargaban de darle una buena vista erradicando, o por lo menos espantando, a la tribu de los Causitas de su tierra querida; lo cegaba con sus rayos de luz, dirigiéndolos como lanzas hacia sus ojos, mientras él corría por la selva, mirando hacia arriba, intentando alcanzar a sus adversarios. Su fiel compañero -Otto, el perro- corría junto a él; se trepaban a los arboles, caminaban sobre cadáveres, resbalaban en el musgo, saltaban en los sillones, se metían a los ascensores de los edificios, y mientras él intentaba noquear a los monos con su honda, Otto se los tragaba en bocanadas que nunca imaginé posibles.

Bueno, en verdad era yo, calato, parado en el escritorio de mi cuarto pegándole zapatazos a los mosquitos en el techo, desesperado por su zumbido insoportable, para evitar ser un mero pedazo de carne sangrienta y suculenta en la madrugada ante sus implacables probóscides, mientras Chicho se ponía en posiciones extrañas intentando masticar toritos que chapa en el aire como si fuera un cangrejo o un escorpión.

Malditos mosquitos de mierda del infierno from hell.

jueves, 6 de enero de 2011

Casas


Cuando me mudé de la casa en la que vivo actualmente para escapar (principalmente) de mi abuela, encontramos una hermosa casa en Barranco, con un alquiler extrañamente bajo, en la que nos establecimos. Vivimos ahí por masomenos un año para luego regresar a mi domicilio actual. La casa era excelente; grande, con techos y puertas altas, dos jardines, un columpio antiguo y un espacio para hacer parrilla bajo la sombra de un árbol de chirimoyas. En mi cuarto entraban mi cama, mi escritorio, mi batería y los otros 6 miembros de la Pancho Pepe Jazz Band en pleno ensayo. Tenía mi propio baño. Era espectacular.

Quedaba en la Calle Cajamarca -mi calle favorita de toda la vida- a dos casas de Los Reyes Rojos (por lo que los vecinos no se molestaban si ensayaba con Los Chobis), a dos cuadras del Toño y sus pansitos y a pasos de las casas de mis amigos de la infancia (porque viví por ahí desde los 8 hasta los 14). Caminar por esa calle, mirando el piso de mayólicas blancas y rojas intercaladas como un tablero de ajedrez, cubierto de flores naranjas, oyendo los pájaros cantar o el sonido del heladero, trae demasiados recuerdos de mi memoria.

Pero bueno, a lo largo de ese año se malogró una de las termas porque las instalaciones eléctricas no tenían mantenimiento desde hace años, descubrimos el hedor que emanaba de los armarios de la cocina, encontré un montón de desmonte en el techo de la casa (junto con otro montón de encendedores perdidos de los antiguos inquilinos), el falsotecho del pasadizo se llenó de nidos de palomas, que a su vez llenaron la casa de ácaros y plumas, porque la dueña no quería taparlo debidamente, y el piso de la sala empezó a supurar una especie de grasa que manchaba el tapizón que mi mamá mandó poner para tapar las mayólicas viejas.

Punta Sal tiene tres filas de casas. Nuestra casa era al final de la tercera fila; al lado izquierdo vivía un pescador en una casa originalmente blanca con un pórtico lleno de cajas y sogas y redes y maderas cuya pared estaba garabateada con números de teléfono y nombres en lapicero y cuyos interiores eran resguardados por un candadazo resplandeciente; al lado derecho sólo había desierto, maleza, lagartijas, algarrobos, cadáveres de palomas y otras aves y abrojos, unas semillitas redondas con dos espinas en ve que hicieron a todos mentarle la madre a alguien o a algo.

El contrato decía que teníamos 8 metros cúbicos de agua en la cisterna para todo el viaje, y que el resto iba por nuestra cuenta; para nuestra sorpresa, cuando llegamos vimos una piscina de esas cuadradas que se mantienen en pie por estructuras de tubos ya armada y llena hasta menos de la mitad. "Ahí hay tres litros", nos dijo Ángel Escalante. Nos quedaban cinco.

Llegamos pasado el medio día y teníamos mucha hambre; la hornilla grande demoró más de una hora en calentar una olla de agua para hacer fideos. En la noche la comida seguía caliente dentro de la pseudo-refrigeradora (luego de las más de tres horas que demoró el viaje del aeropuerto de Piura a Punta Sal). En la noche del primero de 8 días descubrimos que teníamos que sobrevivir los siguientes 7 días con poca agua, con una cocina que no calentaba y con una refrigeradora que no refrigeraba.

Esa misma noche llovió y no me enteré hasta el fin de nuestra estadía en la casa -el día que regresó Ángel Escalante y conchudamente nos quitó la mitad de la garantía a pesar de sus reiteradas faltas- que Rodrigo se mojó toda la noche por un gotero que había en su cuarto. Días después, el lavadero de uno de los cuartos, que estaba sujetado por dos uñas de metal oxidadas, le cayó en los pies a uno de nosotros cuando se apoyó en él mientras se lavaba los dientes; casi se le malogra el viaje. En ese mismo cuarto había un nido enorme de hormigas rojas aladas que salían en varias caravanas sin fin. Cómo se rompió la tubería con la caída del lavabo, tuvimos que cerrar la llave general del agua hasta que taponeamos ese tubo con una tapa de gaseosa con SoldiMix. Cuando abrimos la llave de nuevo recaímos en la existencia de un zumbido continuo, que era en realidad la bulla del vejestorio de motor de la cisterna que orgullosamente llevaba esta casa como equipamiento de último modelo. En mi cuarto encontramos una tarántula. Luego atrapé una lagartija y nos tomamos fotos como si fuera un tucán o el pajarraco de un pirata. Se la enseñé a la empleada (a quien contratamos interdiario para que deshiciera el desastre continuo) y salto de miedo diciendo que era de un tipo que no recuerdo que mordía y te podía matar. Seguimos jugando con ella. Nunca nos mordió.

Me volví adicto al Risk. Jugábamos Poker casi todos los días. Redescubrí lo maricones que todos pueden ser ante oscuridad y varias historias de terror. Había una señora que pasaba por la playa ofreciendo ceviche a diez lucas que primero probamos, y, ante el hecho de que los catadores sobrevivieron, le volvimos a pedir. Estaba rico. La noche del 31 alguien prendió una de las termas y voló el fusible. El pescador vecino terminó por regalarnos un pedazo de alambre de cobre (a ausencia de plomo) y por prestarnos un alicate, y cambiamos el plomo quemado de la caja de fusibles precariamente instalada parados en sillas de plástico con linternas de kerosene aún con nuestras ropadebaños puestas.

En la fiesta, pasadas las doce de la noche, me di cuenta de que el Año Nuevo es un momento preciso para plantearse nuevas metas, revisar lo que has hecho en el año, hacerte todas las críticas constructivas necesarias, y perfilarte para ser una mejor persona. Me di cuenta de todo esto sentado en la arena cuidando a un amigo que yacía echado durmiendo. Uno de nosotros me dijo: "Voy a dejar de ser tan mierda y prometo nunca más copiarme en un examen”; otro prometió dejar de hablar tantas huevadas. Mientras yo pensaba todas estas cosas, Alejandro Toledo estaba en la pista de baile con Eliane Karp junto a un amigo mío disfrutando de esa canción que dice "Si tú quieres bailar, sopa de caracol ¡EH!". De regreso a la casa no sentí el mismo miedo ni la tierra en la cara que sentí en la ida en mototaxi.

Yo tenía entendido que íbamos a permanecer en esa casa durante todo el viaje, pero resultó que el viaje era de 8 días y la casa la habíamos alquilado por 7 días. Y este fue el momento en el que este viaje pasó de ser un viaje planeado a una mochileada total. Antes de que llegue Ángel Escalante para recoger las llaves terminamos por usar la piscina para lavar los platos. Luego de sentirnos completamente estafados y de reprimir mis ganas de reventarle las llantas, enrumbamos en búsqueda de un hospedaje barato para pasar la última noche. Le dimos casi toda nuestra comida (que no se malogró, felizmente) al pescador vecino, al Señor Olivos, que resultó siendo de gran ayuda, pues se preocupaba por los 14 ineptos que estaban hospedados en la casa del costado.

Luego de caminar como turistas, a la vuelta de una esquina un señor extraño se dirigió a nosotros con, como referencia, un nombre que no correspondía a ninguno de nosotros. Imagínense a un cacique o un jefe de alguna tribu de la selva, así gordito y orgullosamente erguido. Ahora córtenle el pelo chiquito y agréguenle canas, un bluyín, una camisa suelta de tela shipiba, un bastón con un nativo de la selva tallado en el mango y sandalias. Luego me di cuenta de que tenía un cuchillo enfundado enganchado en la espalda, sujetado por su correa, y cuando le pregunté porqué me dijo que era "por motivos espirituales". Supuestamente nos habían recomendado, y después de conversar con nosotros, contarles nuestra Angelical aventura y demostrarle nuestras billeteras livianas, acordamos quedarnos ahí por doce china por cabeza. En el mismo hospedaje me encontré con una gringa de 23 años a la que ayudé a comprar un ron que no la vaya a matar que me dijo que se llamaba Aryan, “like the Aryan race”, que vivía en Utah, y que había venido “with my maan” a Perú porque siempre había querido visitar Sudamérica. Le pregunté si había ido a Máncora y me dijo que era “loco loco”. Comimos hamburguesas de pollo quemaditas y crocantes que rosticé en una parrilla artesanal al ras del suelo que prendí con carbón de inquilinos previos. El dueño del local ofrecía trips de Ayahuasca que obviamente ninguno de nosotros aceptó; además el primo de Marcelo nos había dejado un recado advirtiéndonos sobre eso.

Al día siguiente, la cereza en la torta fue lograr que la aeromosa, luego de un extenuante trabajo en equipo, nos dé una cajita de comida extra.

Google