jueves, 17 de febrero de 2011

De cacería

El wingman es el buen samaritano. El que acompaña a sus amigos lobos de cacería pero no busca presa propia. El que espera que uno de los miembros de la jauría escoja un objetivo, atiende al llamado, y entretiene a la segunda presa sin mostrar los dientes, mientras su hermano afila los cuchillos, prende el carbón, y se prepara para el festín. Es un facilitador. No le gustan las trivialidades. Tampoco tolera la falta de química con la que le tocó, pero se inmola por su buen amigo. Y si la presa otorgada a él no respeta los estándares mínimos, intercambia platos con su compañero como reprimenda por abusivo.

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