domingo, 13 de noviembre de 2011

Una abuelita

Una abuelita, luego de recibir 10 cajas de fosforos, pide "Eso verde que se come". En un vestíbulo blanco y estrecho, un anciano enternado se levanta trabajosamente de su silla y me abre la puerta. Un mototaxi vacío estacionado en una esquina toca reggaetón a todo volumen a las 6 de la mañana. En un pueblo a dos horas de Lima, los obreros se acuestan a la media noche y se levantan a las tres de la mañana para esperar al camión que los recoge y los lleva a la chacra. La demolición de una casa aledaña le regala a una familia una hermosa vista del mar, hasta que empiece la construcción de un nuevo edificio. En una casa en Miraflores hay cercas de 30 centímetros en los marcos de algunas puertas, como para evitar que los duendes se muevan libremente por la casa. Una cucaracha gorda me espera ansiosa en un baño, junto al interruptor de la luz. Cuando un pelao se lava la cara, no sabe cuando parar.

1 comentario:

  1. Si lo pones todo en un mismo párrafo me gustaría mucho, poesía en prosa urbana

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