domingo, 6 de marzo de 2011

"Nuevecuatrodos cien setecientosuno"


Tras la puesta del sol, luego de huir por nuestras vidas al ver la evidente e inminente crítica degeneración de la situación en el Carnaval de Barranco, tomamos un taxi. No le dio miedo vernos completamente pintados y posiblemente mojados, y nos brindó sus servicios. Estaba con ropadebaño. Me quité el polo para no mojar el respaldar y saqué mi celular del bolsillo de atrás. Lo puse en el asiento y cerré la ventana para que, junto a mis dos amigos, disfrutemos del calorcito del carro luego de haber estado caminando mojados. 

Al llegar a nuestro destino bajé del carro y, ante tanto frío, me puse rápidamente el polo. Pagamos el taxi, despedí a mis amigos y me dispuse a caminar a mi casa, sólo que, pensando en lo que iba a hacer más tarde, palpé mi bolsillo y no encontré mi celular. 

En mis 19 años, nunca había perdido un celular. Le dije al portero que, en caso de que regrese un taxista con un celular, le avisé a mi amiga. Entonces se me ocurrió llamar al celular, que afortunadamente no estaba en vibrador, y le pedí a mi amiga que llame por el intercomunicador. Cuando llegué a su departamento me dijo que no contestaba, pero intentamos una vez más y sí lo hizo. El taxista le dijo algo sobre llevarlo mañana al Sachún, y curiosamente yo vivo detrás de este. Resulta que mi mamá ya había hablado con él y habían quedado en que lo llevaba mañana. Le pregunté si porfavor podía dar la vuelta para traerlo aurita que lo necesitaba urgente. Me dijo que no me preocupara, que el igual lo iba a regresar, pero ante mi insistencia accedió. 

Esperé afuera de un edificio sanisidrino por unos cinco minutos cubierto de pintura, descalzo (para no resfriarme por el agua acumulada), hasta que llegó el taxista. Cuadró, bajó la luna y me pasó el celular. Ni siquiera me pidió plata. Me repitió que él de todas maneras iba a devolverlo. Le dije que por personas como él el Perú estaba mejorando. Qué bestia. Le pagué la carrera y le pedí su teléfono. 

Taxi Rafael:
"Nuevecuatrodos cien setecientosuno"

Se fue y un carro de Serenazgo me vino a intervenir. Les expliqué de donde venía y que había estado esperando al taxista para que me devuelva mi celular. No podían creer que me lo devolvió.

7 comentarios:

  1. Qué suerte tienes!
    Qué bueno encontrar gente como él en Lima :)

    ResponderEliminar
  2. Buena onda el señor taxista, no como aquella persona que sutilmente retiró mi celular de mi cartera en enero del año pasado cuando iba en el micro. El único celular que he perdido en mis siete años de tener celular... Y luego cuando llamamos nos gritó una señora preguntándonos por qué llamábamos a su esposo...

    ResponderEliminar
  3. Ps. Yo también quería ir al carnaval, pero no pude D:

    ResponderEliminar
  4. Gracias por el dato.
    Voy a apuntar su número por si necesito una carrera.

    ResponderEliminar
  5. Oe, por qué tuviste que salir huyendo del carnaval? Había mucha gente no? Yo solo me quedé en Cajamarca y la pasé bravazo con el partido peruano del funk

    ResponderEliminar

lo que quieras

Google