sábado, 14 de diciembre de 2013

Las Hormigas

Hace poco más de 20 años empezaron a pasar cosas raras en mi edificio. Había terminado con mi enamorada y dormía solo en el departamento. Cuando bajaba en las mañanas noté que ese olor a estacionamiento que odio tanto se había vuelto un poco más denso, como si pintara las paredes y formara una cáscara fétida sobre mi cara. 

Días después empecé a encontrarme hormigas en todas partes. Al lavarme los dientes siempre había una en el mango de mi cepillo, esperándome sobre el lavabo del baño. A veces también veía una que otra acurrucada entre mis medias limpias, luego de sacarlas del segundo cajón. Mis ojeras había crecido y emulaban el color de mis nuevas amigas. 

Me dijo el portero que mi ex suegra me había venido a buscar varias veces, pero ella sabía que yo me iba al trabajo temprano y regresaba muy tarde. 

Cuando el aire del estacionamiento se volvió más líquido que sólido y empecé a ver hormigas subir por la pared de la sala, el portero se vio obligado a buscar una causa. Esa noche me contó que al buscar en la basura encontró lo que tomó por grandes pedazos de carne podrida que algún vecino millonario decidió desperdiciar. No le pareció extraño porque el edificio estaba lleno de anormales. No volví a tener noticias de mi ex.

A la mañana siguiente mi carro no prendió. Al regresar a mi edificio no encontré portero dormido al cual despertar con el timbre. Entré con mi llave y una vez en el ascensor miré para abajo para encontrarme con cuatro hormigas en fila junto a mi zapato derecho, mirando hacia la puerta ansiosas. 

Dos días después el aire del estacionamiento era prácticamente un bloque de cera. Al volver en la noche me detuvieron en la puerta encañonándome tres policias. Uno de los niños del edificio había abierto una de las bolsas de basura; encontró una cabeza humana despellejada y sin dientes, y se desmayó. Sus padres llamaron a la policía. No pudieron reconocer el cadáver porque estaba seccionado en las articulaciones mayores y perfectamente disecado, pero vieron varias filas de hormigas negras que avanzaban y desaparecían por debajo de la puerta de mi departamento. 

Salgo de la cárcel en 5 años. Me dijeron que tenían un cuartito para mí solito en el Larco Herrera y que al salir iría ahí. No recuerdo por qué; creo que me estoy volviendo loco.

Lima, Abril 2013

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