Chivos y fantasmas

Un chivo, en el ámbito común y de todos los días, es un marica, un cabro, un homosexual, un marisco, un hombre que no acepta su condición de macho viril y prefiere que le sude la espalda. (Disculpen si últimamente mi lenguaje no es tan conservador, pero así es mas chévere).  Bueno, en el ámbito musical, un chivo es una chamba, un broder que te paga por tocar para el o una banda en la que tocas y ganas una cantidad substancial de dinero. 

Luego de que Ruy (el bajista de Los Chobis) se vaya a Argentina a estudiar ingeniería de sonido y de que Camilo se vaya al mismo lugar a estudiar música música, así serio, pensé que iba a tener un periodo de abstinencia musical. Más con la cantidad de trabajo que me dejan en el IB. Pero ya había estado tocando con el papá de José, Juan Luis Dammert, en sus shows de música para niños (¿quien no ha escuchado "¿Cómo te vaca?"?). Y ahora voy a tocar con él (y con José y su hermano) sus canciones rocanrolescas, mañana Viernes 17, en el Centro Cultural de España, a las 8 de la noche. Y paracolmo, Los Chobis (o lo que queda de Los Chobis) revivieron; hoy ensayamos unas cancionsasas para tocar en la Kermesse del Markham (si es que no se me paso la fecha para inscribirnos). La cosa es que va a estar mostro. 

Bueno, hoy ensayando con Los Dadá (Dammert & Dammert), el tío Juanlucho nos contó algo muy revelador; él tiene una canción que se llama "La viuda y el perro". El asunto es que trata de La Llorona. Para los que no saben quien es La Llorona les cuento al toque: es una mujer, supuestamente bella, que para a los conductores solitarios en la carretera del norte para pedirles un aventón y luego los asesina o los asusta o los insulta, etc. Se supone que perdió a su marido de alguna de muchas formas contadas en las diferentes leyendas, y que por eso jode a los que todavía están en este mundo. Bueno, mi tío VIO a La Llorona, le dio su aventón, y luego recibió los esperados insultos, para que luego el espectro este se tire del carro. Le dijo algo a lo "sinvergüenza" (no recuerdo la palabra exacta ahorita) y se quitó. Y lo mejor es que mi tío se sabía de memoria la fecha, día y hora del evento; era algo a lo "el 24 de Abril de 1984 en el kilómetro 185 de la panamericana norte, a eso de las 8 de la noche". Que miedo. 

Y un pata me contó que su tío, viajando otra vez solo por la carretera del norte, vio un trailer intentando dar la vuelta en una carretera de dos vías. ¡Imagínense ver un trailer intentando dar la vuelta en una carretera de dos vías! Resulta que el señor siguió y vio a una mujer encapuchada, a la cual no se le veía la cara, barriendo la mitad de la pista. Luego vio la cara de el conductor del trailer, con una cara de espanto que le gritaba "Chochera/broder/oye/causa/tío¡ CORRE!" (debe haber sido alguna de esas variables). 

Finalmente, no se si habrán leido mi post sobre duendes (por lo que me acuerdo escribí un post sobre gnomos, pero fácil me estoy confundiendo). Los duendes existen; en youtube encuentras el video del duende en Plaza Vea, el argentino, etc. Pero ahora conozco un testigo ocular; por curiosidad le pregunte hace unas semanas a la empleada de José si alguna vez había visto duendes, ¡y me dijo que si! Dos veces en el cerro (no recuerdo que cerro), cuando estaba sola con su hijo recién nacido. Chiquito, rápido, jodido, y que se movía saltando de costado (como el del video de Argentina).  

De ahí nos vemos. (¡Ches! Todavía me falta escribir sobre Juanito y la estafa del pampón).