Cuando te mandan al desvío; cosas que pasan cuando sales de tu zona

Ayer hubo un tono, era un tonaso en verdad, había de todo y hasta mesa de quesos. Bueno, nos tuvimos que dar un viaje interprovincial para llegar. Y como usualmente pasa cuando se va a la Planicie, Rinconada, etcétera, uno no sabe por donde ir.

Y de mala suerte el taxista tampoco sabía por donde ir, y el estúpido de la esquina que nos mando a la derecha en vez de ir defrente tampoco sabía, al igual que el otro idiota que nos mando abajo en vez de arriba y la señora que nuevamente nos mando a la derecha en vez de a la izquierda. El taxi estaba casi llegando al punto que se asa, se achora y te cobra más, pero no llegó porque afortunadamente llamamos a un lugareño que nos bendijo y le explicó perfectamente como llegar al dichoso lugar.

Por eso yo suelo quedarme en Barranco, Miraflores o San Isidro nomás. Además el taxi usualmente te sale muy caro.

Y afortunadamente contábamos con nuestro querido taxi José para que nos rescate a la hora solicitada de tan desolado lugar.